¿Somos prisioneros del tiempo?
Hablamos de ganar tiempo aprovechando los últimos cinco minutos del trabajo para así después emplearlo en otra cosa. Hablamos de perder tiempo cuando hacemos cosas que no nos gustan. Y finalmente, hablamos de ahorrar tiempo si hacemos una acción pensando que será mejor en vez de hacer otra. Lo cierto es que el tiempo ni siquiera es algo que podamos atesorar o apropiarnos de él. El tiempo es algo que no podemos controlar. Todo lo demás puede que sí, pero ¿el tiempo? No.
Muchas veces vamos andando por la calle pensando que llegamos tarde a un punto de encuentro, ya sea el trabajo, una cita, el autobús… ¿alguna vez te has preguntado si eres prisionero del tiempo? ¿Crees que luchamos en contra de él? ¿Por qué?
El tiempo es algo inmaterial e intangible, no hay nada que podamos hacer para modificar su proceso, ni adelantarlo, ahorrarlo o perderlo. El tiempo es relativo. A veces lo consideramos a nuestro favor, decimos que el tiempo lo cura todo, la salud, el dolor de amores, el trabajo, una propuesta, una solución… pero al mismo tiempo, hemos escuchado que vas en contra del tiempo, que no te queda tiempo, que llegas tarde, te quejas de haber estado esperando a otra persona y que estás perdiendo en tiempo. ¿En qué quedamos?
Realmente, y puedes estar de acuerdo o no, el tiempo es nuestro mejor aliado. Si no hubiera una línea temporal en la que existiera un pasado, un presente y un futuro, no percibiríamos cada uno de los hechos, pensamientos y sucesos que vivimos a lo largo de nuestro viaje en la vida. Eso es lo que hace que merezca la pena vivir. El tiempo. Ver como las cosas, según pasa el tiempo, se colocan en su sitio, ver que cuanto más tiempo pasa, más te defines como persona, e incluso, cuanto más tiempo pasa, más ganas de vivir tienes porque más percepción de la vida y de las cosas adquieres. Entonces, volvemos al principio de la pregunta ¿qué es el tiempo para ti? ¿Un aliado o un enemigo?